CORONAVIRUS



Alejandro Hidalgo Fernández:
DOCE DE MARZO

Día doce de marzo, en esa fecha tenía prevista mi vuelta a España, pues yo me encontraba de erasmus en Sicilia, Italia. Llevaba con los billetes comprados 2 meses, nunca había tenido tantas ganas de ver a los míos, llegaba justo para Publicatessen, el plan me había salido redondo.

Cuando de repente, estalla la crisis del coronavirus y lo que antes comentaba con una risa nerviosa en mi cara, se transformó en lagrimas en mis ojos, ese virus, del que habíamos dicho frases como: “peor es una gripe en invierno y nadie dice nada” o “es una simple gripe, pero un poco más fuerte” se estaba convirtiendo en una pandemia mundial que cambiaría nuestra vida tal y como la conocemos.

Por lo que mi vuelo del día doce se vio cancelado, se me habían arruinado todos los planes, pero ahora ya no eran esos los planes que me importaban, era la duda de si ir a casa o no.

Mi madre me llamaba por teléfono asustada y en un alarde de valentía e imprudencia, decidí realizar uno de los viajes más locos que recuerdo. Dos días viajando, de Italia a Francia en avión, de Francia a Barcelona en autobús, de Barcelona a Madrid en Tren y de Madrid a Zamora en autobús de nuevo; dos días viajando, con la única esperanza de ver la tranquilidad reflejada en los ojos de mi madre.

Llegar a la estación y no poder acercarme a mi madre ni darle un beso o un abrazo es una de las situaciones más tristes que he vivido. Fue llegar a casa y comenzar mi confinamiento personal, 15 días encerrado en mi propia habitación para no poner en riesgo a mi familia ni al resto de personas, por si acaso en ese viaje había sido contagiado por el virus. Muchos fueron los días que tuve miedo, me tomaba la temperatura dos veces cada hora, estaba asustado, estaba sobre informado.

Durante esos quince días se me pasaron todo tipo de ideas y pensamientos por la cabeza, pero solo un pensamiento de todos ellos es el que sigue presente en mi día a día, momento tras momento. Ese pensamiento es el valor, el valor que cada uno le da a las cosas, como antes se me hacia un mundo cuando no tenía con quien quedar o si se me rompían mis pantalones favoritos, ahora el valor se lo doy a las pequeñas cosas y a lo positivo.

El valor a un paseo, el valor a un abrazo, el valor a ver a tus amigos, el valor de una noche al aire libre, si antes lo pensaba, ahora me reitero.

En esta vida hay que ser lo más feliz que se pueda, cuanto más mejor, hay que superar miedos y romper fronteras, luchar e intentarlo, no rendirse y nunca arrepentirse de lo que intentaste, pues eso es lo que hará que el día de mañana mires atrás y digas: “me caí, me rompí y me recompuse, si, pero lo hice, yo viví mi vida”.

El coronavirus va a traer muchas crisis, sobretodo una económica, pero sinceramente, en mi aspecto más personal, me ha hecho crecer, me ha hecho darme cuenta de que hay que saber gestionarse los problemas y darle importancia a lo que verdaderamente lo tiene.

Esta frase puede sonar oportunista o simplemente es el momento de ansiedad el que habla por mí, pero me conozco y se que no, que esta situación me ha cambiado, igual que a todos, pero no voy a permitir que me cambie para mal, voy a intentar sacarle la cara más positiva a este momento.

En cuanto a la publicidad, me gustaría comentar, como muchas marcas están sabiendo adaptarse al momento, utilizando imágenes de archivo, anuncios más simples, pero transmitiendo un mensaje de fuerza y unidad hacia la población.

Además, en mi opinión, ahora mismo a parte de invertir en publicidad para seguir generando movimientos económicos para cada empresa correspondiente, se está invirtiendo en crear imagen de marca. Así, el día de mañana recordaras, por ejemplo, que “Bankinter” mostró su apoyo, no como otros bancos y esto hará que mires con ojos más positivos a esta empresa.



Teresa Cabeza Gil:

DESINFORMACIÓN Y MIEDO

Yo era de las escépticas que pensaban que el Covid-19 no era más que otra gripe, tranquilizaba a mis padres y me reía con mis amigas. Qué poco sabía lo que se nos venía encima, qué ciega de información.

Estaba viviendo mi Erasmus en Países Bajos, concretamente en Groningen, allí el Covid-19 no se escuchaba tanto como en España, mis padres me llamaban a diario agobiados y yo, ilusa, les decía que no pasaba nada, que los medios de comunicación eran los que estaban haciendo enfermar a la sociedad con el miedo. A las tres semanas declararon el estado de alarma en España yo, en Groningen, seguía yendo a clase, a comprar de manera regular y a pasear. Sin verlo venir cerraron la universidad, sin más información, y limitaron el contacto, no se podía ir a comprar más de dos personas a la vez y la distancia entre personas tenía que ser de, mínimo, un metro y medio. Y, aunque la situación no era ni parecida a lo que se estaba viviendo en España, mis padres ya me dijeron que volviese porque se estaban cancelando todos los vuelos, y así lo hice. A los dos días avisaron de que la Universidad de Groningen cerraba las clases presenciales hasta el 1 de septiembre de este año.

Cuando llegué, no me esperaba esta situación: noticias devastadoras, la economía mundial viéndose gravemente afectada, la sanidad colapsada y una larga lista de etcéteras. Seguía sin ser del todo consciente y, entonces, personas cercanas a mí, amigos y familiares, se estaban viendo afectados por esta situación; a una amiga la despidieron de su trabajo por ser población de riesgo, no querían dejarle tele-trabajar, familiares que necesitan ir al médico de forma regular por enfermedades previas y no pueden, mis abuelos encerrados, nerviosos y muertos de miedo. Llamadas diarias para asegurarnos de que todo el mundo está bien, a salvo en sus casas. Una incertidumbre generalizada porque ningún puesto de trabajo está a salvo, porque no se sabe lo que va a pasar con colegios y universidades. El mundo entero se ha paralizado a la vez, empezamos como individuos para terminar encerrándonos en nuestras casas pensando en colectivo. Y, aunque nos toquen muy de cerca las consecuencias de esta pandemia, el mundo florece, la polución se reduce, las aguas de los canales de Venecia y de las playas vuelven a ser cristalinas, desaparecen las gruesas capas de contaminación de las ciudades, se puede volver a respirar. Qué paradoja. ¿Habrá sido el mecanismo de defensa de un planeta enfermo? No lo sé. Lo que sí sé es que nunca volveré a subestimar salir a la calle a dar un paseo, ir a una terraza o poder ir al médico sin miedo, estar tranquila porque mis abuelos paseen y no estar cruzando los dedos para que las noticias que lleguen sean buenas, porque casi siempre lo eran. No éramos conscientes de nuestra suerte.

Sara Hernando Alcalde


Después de haber leído el artículo de Yayo Herrero, “Por un abordaje humano de la crisis del coronavirus”, me parece tan doloroso todo lo que cuenta, pero es la verdad. Nos afrontamos a una crisis todavía peor a la de 2008 y a todo lo que ella conlleva, nos estamos afrontando a algo que nadie se esperaba y para lo que nadie estaba preparado. A diferencia del problema que ya nos acompaña hace años como viene siendo el cambio climático, el coronavirus, es algo que nos afecta directamente como personas, nos está matando, y creo que todos nos vemos como con la posibilidad de pasar este virus y de enfermar y la gente tiene miedo; sin embargo, el cambio climático, es algo que lleva estando mucho tiempo, pero que sin embargo, no afecta directamente a ninguno de nosotros, o en muy poca medida, y por ello no somos conscientes de este problema.
Siguiendo un poco tu propuesta a la hora de ayudarnos a realizar el ejercicio, creo que el coronavirus ya ha cambiado nuestro modo de vida, nunca nos habíamos visto en una situación como esta. El mundo se podría decir que se ha parado, calles vacías, bares cerrados, carreteras y autovías vacías. Asomarte por la ventana de tu casa y que lo único que escuches sea el silencio, es algo, que a mi me pone la carne de gallina. También creo que a medida que el virus ha ido avanzando, nosotros (la población) también hemos cambiado. Empezamos tomándonoslo todo a risa, a lo que yo me incluyo, pensando en que sería un simple virus, enviando memes, y canciones virales que se hacían con la palabra virus. Cuando llegó a España, todo cambió, nos entró el miedo, la inseguridad, el no saber que hacer, y, ¿Qué hicimos? Salir todos a comprar comida y dejar los supermercados vacíos, aglutinamientos de personas… lo ideal vaya. Ya han pasado más o menos 2 semanas de eso. Seguimos con miedo, pero mucho más responsables y concienciados del problema, creo que intentando sobrevivir entre todos y ayudándonos en todo lo que podemos los unos a los otros, creo que la solidaridad se ha empoderado de nosotros. Pero, ¿de verdad tiene que ocurrir una pandemia mundial, para que nos paremos a pensar en los demás, para que seamos más solidarios?
Creo que vivíamos en un modelo de vida muy acomodado, y en el que era como un círculo todo. Estudiabas, trabajabas para producir y a la vez para consumir y fin. Sin tener en cuenta nada más. Nuestra vida giraba en torno al producir y al consumir, no al disfrutar, al sentir. Y todo eso es lo que, en estos momentos, la gente más echa de menos. Sinceramente, no sé si se trata de un modelo sostenible y que podría durar mucho tiempo. A lo largo de la vida, han ido ocurriendo acontecimientos que cambiaba la manera de vida de la gente por completo, y creo que a nuestra generación nos ha llegado el aviso con esta pandemia.
Me da un poco de rabia y pena, el simple hecho de que se planteara y se hicieran recortes en sanidad y educación. También hay que tener en cuenta todas las inversiones que no se han hecho en investigación y en ciencia, que ahora mismo todos lamentan, y todos se han dado cuenta que son cosas necesarias. También todos aquellos que defendían los recortes en educación y en sanidad, en está situación se están aprovechando de ella. ¿Qué hubiese pasado si la sanidad se hubiese privatizado? También muchos criticaban a China por se el foco de contagio, pero ahora esos mismos se tienen que callar las bocas, porque son los que nos han dejado material para que España e Italia sigan adelante, son los que más están investigando para sacar una vacuna, mientras el resto del mundo combatimos contra el virus.
En cuanto a la comunicación de la crisis, personalmente, creo que el presidente está haciendo un buen trabajo. Es obvio, que esto es algo que nos pillas de nuevas a todos y que no hay una sola solución o una simple manera de actuar y que no se puede decir el: “yo hubiese actuado de esta manera…” o “el presidente no se aclara con las medidas, el confinamiento debería haber empezado antes…” son tantas las frases que se escuchan de este tipo. En cuanto a los diferentes medios de comunicación, creo que hay muchas cosas que no se han contado, pero esto pasa siempre en todas las crisis, se cuenta lo que se quiere. Durante todo esto que ha ocurrido del virus, también ha pasado otro hecho muy importante, que apenas se ha tenido en cuenta y que los medios no le han dado la importancia que debería. ¿Qué ha pasado con las declaraciones que dio el Rey de España, sobre la herencia de su padre? ¿Se volverá a hablar de ello cuando termine todo esto? Son muchas preguntas sin respuestas.
En cuanto a la multiplicidad de las voces, creo que, en esta lucha, hay muchas voces que no se están escuchando. El gobierno está proponiendo soluciones para todo lo que tiene que ver con la educación, sobre hacerlo con clases online, a través de un ordenador, al que le hace falta internet. Pero, ¿Qué pasa con todos esos niños que no tienen un ordenador, o no tienen internet, o que el único que tienen lo tiene que utilizar la madre o el padre para teletrabajar desde casa? Creo que a todas estas cuestiones no se les ha dado una solución. Hay voces como por ejemplo la de mi madre, que trabaja en una gestoría, a la que en ningún momento he oído dar las gracias a ese colectivo, mientras que, sin embargo, todo el mundo se acuerda de las cajeras o los guardias civiles.
En cuanto a como estoy viviendo esta situación, tengo familiares que tienen el virus. Actualmente estoy muy concienciada del problema que tenemos y el que nos espera con la crisis, digo actualmente, porque al principio no lo era. Sobre todo me estoy informando a través de los medios de comunicación, pero también escucho mucho la radio y leo un montón de periódicos e intento estar lo más informada posible. Es algo que me interesa y que creo y espero no volver a vivirlo nunca y que me parece increíble todo lo que está pasando en el mundo. Aparte de las noticias nacionales, intento también estar alerta de las noticias de otros países. Me da mucho miedo que todo esto llegue de manera muy profunda a todo América Latina, pero sobre todo a África. ¿Qué va a ocurrir si esto llega a ese continente? No tienen ni un cuarto las posibilidades de supervivencia que tenemos aquí.
Hace poco escuché en la radio, algo que me hizo plantearme muchas cosas. Cuando todo esto del coronavirus comenzaba en España, un tertuliano comentó hipotéticamente que imagináramos que el virus, era una guerra que mataba a muchísimas personas en todo Europa y que la única manera de salvarnos era huyendo, muchos querrían huir de España, y seguro muchos de ellos irían a África, ya que lo tenemos cerca, ¿pero ¿qué pasaría? Que los de allí no nos dejarían entrar, nos temerían, no nos querrían. Hemos construido muros, vallas, porque no les queríamos dejar entrar a nuestro país; y ahora son esos mismos muros y vallas construidos por nosotros mismos, los que no nos dejan salir de nuestro país.


Álvaro Yagüe Quirce
TRISTEZA

Esta redacción sobre lo que opino respecto a la pandemia mundial que estamos viviendo, mi opinión y las consecuencias que creo que está teniendo y tendrán la empezaré hablando de como estoy viviendo en primera persona la situación.

A día de hoy yo no me he ido a casa como muchas personas han hecho, ya que tal y como dijeron era una irresponsabilidad ya que podría producir una propagación de virus por ese retorno masivo de la gente que vive fuera de casa hacia sus hogares.
Para mi ha sido una situación difícil ya que antes del estado de emergencia ingresaron a mi abuela por una neumonía que sumado a su edad ya era peligroso sin la amenaza de este virus.
He estado en Segovia trabajando a distancia y ayudando a mis vecinos mayores si tenían que realizar la compra o algún recado para que no tuvieran que salir de casa y exponerse.
He aprovechado también este tiempo para mejorar y aprender más sobre el mundo del diseño gráfico ya que es a algo a lo que me gustaría dedicarme en un futuro.
Para mi no es duro no estar en mi casa en el sentido de que soy una persona bastante independiente desde hace ya bastantes años.
Pero si es duro no poder hacer una visita a tus padres y seres queridos además de que en caso de contraer el virus no puedes hacer acto de presencia ni ayudar.
Con esta breve introducción hablando de como estoy viviendo esta situación de forma personal voy a seguir hablando de mi opinión al respecto tanto a nivel político, social, económico y medioambiental.
En primer lugar, en lo que al campo político se refiere, hablaré de la gestión del actual gobierno, bajo mi punto de vista la gestión por parte del gobierno ha sido bastante deficiente, han actuado tarde y han sido poco cautos.
Hay un dicho muy antiguo que dice: “Es mejor prevenir que curar.” Y es totalmente cierto, en este caso era algo inevitable, esta pandemia iba a llegar de una forma u otra, pero si que es cierto que se podía haber actuado antes.
Dicho esto, es cierto que la gestión ha sido bastante deficiente y se podría haber hecho mejor, pero también peor.
Me explico, es muy fácil hablar desde la barrera como hacen los partidos políticos de la oposición de este país.
Resulta cuanto menos curioso que ellos presumen de que hubieran sabido reaccionar y se han dedicado a increpar al actual gobierno.
Es muy difícil actuar ante una situación que nunca se ha dado y de la que no hay precedentes y es muy fácil hablar cuándo han ocurrido las cosas.
Pero son partidos que han gobernado en comunidades en las que han recortado en sanidad y ahora echan la culpa al actual gobierno de que no hay medios.
En esta situación, creo que se debería dejar a un lado esas rivalidades de adolescente que sufren los políticos de nuestro país para poner todos de nuestra parte y llevar esto de la mejor manera posible para que acabe cuanto antes y haya la menor repercusión posible en nuestra sociedad.
Si hay que pedir responsabilidades por malas gestiones o malas decisiones ya habrá tiempo cuanto todo esto pase.
Por otro lado, me parece totalmente deleznable el hecho de hacer política a raíz de las muertes que esta ocasionando este virus, hablo en este caso de estas muertes por el que es el tema sobre el que hablo en eta redacción, pero hay otras situaciones en las que esto ha sido utilizado por ambos bandos de la política española.
En cuanto al ámbito económico, España era antes de este virus un país intentando salir adelante después de la crisis que sufrió a raíz de la burbuja inmobiliaria.
Con esta pandemia se ha tenido que “parar” el país por lo que la producción ha caído en gran medida, los más afectados por esto han sido los pequeños comercios y pequeñas empresas, ya que no tienen métodos de ingresos actualmente, por lo que no pueden pagar a sus trabajadores además de que tienen que pagar sus cuotas e impuestos.
La opinión popular y la oportunista habla de reducir o suprimir estos pagos y estas cuotas, es cierto que es injusto que se les haga pagar estas cosas sin reducción del coste ya que como he mencionado antes no reciben ingresos.
Pero es muy fácil hablar de reducción o eliminación temporal de dichos pagos, pero entonces, ¿cómo habría dinero para pagar a los profesionales que están trabajando actualmente? o ¿cómo se pagaría el material sanitario que se está utilizando?
Este problema podría haber sido menos grave para todos si en épocas de bonanza y mejor situación económica se hubiera utilizado el dinero público para lo que se pide.
¿Consecuencias de esta pandemia? Otra crisis, las empresas van a estar durante un tiempo paradas como he mencionado, por lo que no hay ingresos y esto supondrá reducción de plantilla.
Por lo que encontrar trabajo por lo menos a corto-medio plazo después de esta crisis no será nada fácil.
En el aspecto social, creo que hay mas puntos positivos que negativos, esto ha hecho que el pueblo se una, estén más hermanados, intentando hacer que todo esto sea más fácil para todos independientemente de otros factores que quizás, antes de esto provocaban un distanciamiento.
Creo y quiero esperar que a raíz de esto las personas salgan con una mentalidad más abierta, que sean más empáticos.
Digo esto porque diariamente vivimos cosas muy importantes que no les das el peso que se corresponde por el hecho de que es algo cotidiano y de fácil acceso.
El ver a tu familia, tus amigos, tus profesores...etc. Yo mismo acabo este año la universidad y hay compañeros a los que probablemente no vuelva a ver, con los que he compartido 4 años de mi vida y no me he podido despedir de ellos.
Creo que esto nos enseñará a valorar más lo que tenemos y saber disfrutar de las pequeñas cosas que en realidad son grandes tesoros.
Dentro de esto un punto negativo para mí sería la forma en la que se está comunicando y llevando la información del problema.
Creo que más que ocultarse información como tal, se maquilla, yo a diario dedico buena parte a leer periódicos y ver las noticias para intentar saber un poco cómo avanza la situación.
Pero es muy difícil discernir entre lo que es cierto o no ya que los datos no son semejantes, cada medio lo comunica de una manera según lo que les convenga.
Entiendo que en parte el hecho de maquillar un poco la situación es por no crear una gran alarma social que lleve al caos.
Pero creo que es mejor eso que no saber a ciencia cierta la gravedad del asunto, la cobardía e hipocresía de los políticos españoles, los cuales se mueven por sus propios intereses aún en esta situación solo denota un egoísmo muy severo.
En cuanto al medio ambiente, creo que esto es el respiro que se merecía el planeta, el nivel de vida que llevábamos no era sostenible, había un descontrol desmesurado de la producción y contaminación como consecuencia del capitalismo que reina en la sociedad moderna.
Gandhi decía que la tierra era capaz de abastecer las necesidades de cada persona, pero no su avaricia.
Al final la naturaleza es poderosa y sabia, si no la dejas respirar ya se encargará ella de que se lo permitamos.
Solo un mes de cuarentena y ya hay fotos de Madrid sin contaminación, parece una ciudad completamente diferente, de como el canal de Venecia por primera vez en años tenía sus aguas limpias y con fauna viviendo allí.
Creo que es una buena oportunidad para que tomemos conciencia y esto sea también un pequeño retorno a la casilla de salida para poder hacer que el mundo sea mas respetuoso con el medio ambiente.
Aunque sinceramente creo que cuándo acabe esto, volverá todo a la misma situación de antes, sin ningún cargo de conciencia y haciendo caso omiso a lo que ocurre fuera de nuestras casas.
El ser humano es un ser social por naturaleza como decía Aristóteles, pero también tiene una pulsión primaria de destrucción y hacer el mal que por desgracia impera sobre el resto de bondades de la raza humana.
Esto es un poco mi opinión un poco grosso modo sobre la situación que estoy y estamos viviendo con la pandemia mundial llegada desde Asia.

MÓNICA VILLADA - REDACCIÓN SOBRE EL COVID-19

Antes de comenzar a hacer mi reflexión quiero decir que se tratara desde un punto de vista muy personal, y bajo mi propia experiencia, por lo tanto, me veo obligada a explicar la situación en la que me pilló.
Por gran suerte para mí, pude vivir la experiencia de pasar un tiempo rodeada de gente maravillosa, que tenía otra cultura completamente diferente a la mía, una forma de vida espectacular y un contexto muy diferente al de España, todo único y nuevo para mí. 
Yo oía por encima lo que empezaba a pasar sobre el coronavirus, infectados en China, muertes, confinamiento y por otro lado en mi cabeza estaba lo que muchos pensábamos: “no será para tanto” “a España no llegará”, pues bien cuando la cosa se puso alarmante en España yo me encontraba en ese maravilloso paraíso, Ghana, anonadada por todo lo que estaba conociendo y viviendo, mis padres me tranquilizaban diciéndome “No es para tanto como dicen por ahí…”.
Pues bien pasaron los días y surgió algún que otro caso en Togo, país que hace frontera con Ghana, entre mis compañeros y yo empezaban las inquietudes, “¿llegará a más?”. Tras unos días comenzaron los casos en Acra capital de Ghana, las mercancías marítimas comenzaban a quedar atracadas, vimos a algún que otro con mascarilla que en algunos casos estaban hechas a mano con sus telas típicas y guantes, guantes de lana.
La cosa comenzaba a ponerse más fea uno de los casos de coronavirus había podido contagiar a 150 personas en Ghana, con lo que eso significa, ya que en Ghana el contacto físico es algo habitual, el uso de métodos de limpieza es escaso por no decir nulo, la gente a penas se lava las manos y la sanidad es bastante mediocre. El planteamiento de volvernos a casa era cada vez más continuo y las autoridades nos recomendaban retornar a España, hasta que finalmente ocurrió.
Cerraron las universidades y nuestro colegio lo iban a cerrar también junto con el resto de los colegios de Ghana, por lo tanto, “ya no hacíamos nada” allí. Tuvimos que hacer las maletas y despedirnos de la gente a mata caballo, la gente me preguntaba “¿Por qué lloras?” Y yo les decía “Tenemos que volvernos a España, el coronavirus está llegando”, y me respondió “No el coronavirus no está aquí, no te preocupes”; esto solo es un ejemplo del desconocimiento que había allí en el momento que me fui. Tuvimos que dejar Ghana, a su gente y a su cultura, mi sensación al marcharme fue de abandono, abandono hacia toda esa gente maravillosa que había conocido y que me quedaba por conocer. ¿Por qué yo tengo derecho a una buena sanidad y ellos no? ¿Por qué yo preocupo y ellos no? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?
A día de hoy, tengo el mismo mal sabor de boca, ¿Por qué no se habla de África? ¿Por qué a nadie le importan estos países? Se me pone el corazón en un puño de pensar en qué pasará cuando esto llegue a niveles españoles, actualmente hay cerca de 566 casos y 8 muertos, que se hayan podido contabilizar, porque muchas personas no pueden permitirse ir al médico a comprobarlo, o pagarse unas medicinas para combatirlo, es injusto para ellos esta situación y fue muy duro para nosotros dejarles, no por ser de otro color tienen que tener otros derechos, porque aunque a niveles legales todos tengamos los mismos derechos, a la sociedad no le interesa, ni aporta cosas a la gente que no sea de Europa o Norteamérica, ¿Por qué África es menos si es más? Es más feliz, mÁs natural, más igualitaria y más solidaria. ¿Por qué?

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